“Dime con quién andas y te diré quién eres”, dice un antiguo refrán. Pero hay una verdad aún más profunda: “Dime quiénes son tus amigos y te diré hacia dónde te llevarán.”
En la vida, los amigos ejercen una influencia poderosa. Cuando estos amigos son justos y están firmes en el Evangelio, pueden elevarnos espiritualmente y acercarnos más a nuestro Padre Celestial y a Jesucristo. Su influencia puede ser una bendición constante y una fuente de fortaleza en momentos de dificultad.
Salt Lake City, Utah. EE.UU.
Un ejemplo claro de este tipo de amistad se encuentra en el Evangelio de Lucas. Se relata la historia de un hombre paralítico que fue sanado por Jesucristo. Pero antes del milagro, ocurrió algo notable: unos hombres, probablemente sus amigos, hicieron todo lo posible por llevarlo ante el Salvador. La escritura dice:
“Y sucedió que unos hombres traían en una camilla a un hombre que estaba paralítico, y procuraban llevarlo adentro y ponerlo delante de él. Pero no hallando cómo hacerlo a causa de la multitud, subieron al tejado y lo bajaron con la camilla por entre las tejas, poniéndolo en medio, delante de Jesús.” (Lucas 5:18-19)
El milagro culmina con el hombre siendo sanado por el poder del Salvador. Sin embargo, el ejemplo de estos hombres que persistieron ante los obstáculos para acercar a su amigo a Cristo es igualmente inspirador. Aunque el pasaje no los llama explícitamente “amigos”, su fe, determinación y amor dejan poco lugar a dudas.
Amigos Que Te Llevan a Cristo
Es poco probable que alguna vez necesitemos ser bajados desde un tejado para recibir ayuda física, pero todos enfrentamos momentos en que nuestra salud espiritual se debilita. En esos momentos, nuestras decisiones y percepciones se nublan. Nos sentimos perdidos, confundidos, o incluso sin fuerzas para actuar. Entonces surge una pregunta vital: ¿a dónde nos llevarán nuestros amigos?
¿Nos ayudarán a acercarnos al Salvador, o a buscar consuelo en soluciones temporales que ofrece el mundo? La influencia de quienes nos rodean puede marcar una gran diferencia en nuestro camino espiritual.
Convertirnos en Amigos Justos
No solo necesitamos rodearnos de amigos justos, sino que debemos esforzarnos por ser ese tipo de amigo para los demás. Los hombres que llevaron al paralítico ante Cristo nos enseñan cómo ser verdaderos discípulos: con fe, compasión y persistencia.
Ser un amigo justo significa:
- Tener amor genuino por los demás.
- Ser paciente y constante, incluso cuando hay obstáculos.
- Tener la fe suficiente para creer que el Salvador puede sanar y elevar a quienes amamos.
Una Invitación a Reflexionar
Te invitamos a considerar:
- ¿Quiénes son las personas más cercanas a ti?
- ¿Te ayudan a acercarte a Jesucristo?
- ¿Estás tú ayudando a otros a hacer lo mismo?
Rodéate de amigos que te lleven al Salvador, y esfuérzate por ser tú ese amigo que no se rinde, que ama profundamente y que cree en el poder sanador de Cristo. Así, en momentos de debilidad, tanto tú como quienes te rodean encontrarán fortaleza en Aquel que puede sanar todos los corazones.
Salt Lake City, Utah. EE.UU.