La Adversidad es una Oportunidad

Dios nos dio el don de vivir en la mortalidad para que pudiéramos prepararnos para recibir el más grande de todos los dones de Dios, que es la vida eterna.

Es nuestra elección dejarnos “quebrar por la adversidad o… volvernos más fuertes”

Salt Lake City, Utah. EE.UU.

Durante nuestra clase de la Sociedad de Socorro, la maestra preguntó qué se nos viene a la mente cada vez que escuchamos la palabra “adversario”. Levanté la mano y respondí: “¡Oportunidad!”, lo cual hizo reír a todos (y me hizo preguntarme por qué). Después de dar esa respuesta, tuve ese pensamiento rondando en mi mente durante toda la semana, deseando comprender su significado más profundo.

En un discurso de Marvin J. Ashton en octubre de 1980, él dijo: “La adversidad aparecerá de alguna forma en cada vida. Cómo nos preparamos para ella, cómo la enfrentamos, marca la diferencia. Podemos ser quebrantados por la adversidad o podemos volvernos más fuertes. El resultado final depende del individuo”. Henry Fielding también dijo: “La adversidad es la prueba del principio. Sin ella, difícilmente un hombre sabe si es honesto o no”. Esta cita explica claramente que la adversidad es una oportunidad para crecer. Como todos dicen, esta vida es una prueba de fe. Podemos ser quebrantados por la adversidad o podemos volvernos más fuertes. Recuerdo una cita del élder James E. Faust donde dijo: “No es tanto lo que nos sucede, sino cómo lidiamos con lo que nos sucede”. Estoy totalmente de acuerdo con eso. Cada uno de nosotros tiene sus propias dificultades, pero el resultado depende de nuestra actitud y de cómo las enfrentamos.

Adversidad y cambio

Otra cosa es que la adversidad es una oportunidad para cambiar. El élder Henry Eyring dijo: “La misma oportunidad de enfrentar la adversidad y la aflicción es parte de la evidencia de Su amor infinito. Dios nos dio el don de vivir en la mortalidad para que pudiéramos prepararnos para recibir el más grande de todos los dones de Dios, que es la vida eterna. Entonces nuestros espíritus serán cambiados”. Cada vez que caes, hay un “tú” nuevo que se levanta. Usa la adversidad como una oportunidad para ser una mejor persona, para arrepentirte, para mostrarle a Dios cuánto lo amas.

La adversidad es un proceso de refinamiento. Mi padre siempre usa un lápiz como ejemplo para explicar la adversidad. Siempre la compara con un proceso de afilado. Será doloroso, pero siempre valdrá la pena. La adversidad es una oportunidad para confiar en Él, para depender de Él, y lo mejor de todo: para acercarse más a Él.

Finalmente, la adversidad es una oportunidad para recibir bendiciones del cielo. Es la manera en que el Padre Celestial nos da la felicidad que estamos buscando. Es una oportunidad para pensar en el Salvador: Su amor, Su sufrimiento, Sus sacrificios y las bendiciones eternas contenidas en Su expiación. En Alma capítulo 7 se declara:
“Y él saldrá, sufriendo dolores y aflicciones y tentaciones de toda clase; y esto para que se cumpliera la palabra que dice que él tomará sobre sí los dolores y las enfermedades de su pueblo.”

Salt Lake City, Utah. EE.UU.